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Estos artículos, que no siguen un orden cronológico alguno, sino mas bien irán apareciendo según las apetencias del autor, no pretenden ser tratados de história sino, enseñar o explicar a mi modo de ver las cosas un poco de la épica de los Tercios españoles que sirvió para forjar el gran imperio español, además de reconocer la valía de los llamados descamisados que mantuvieron invicta a España en los campos de batallas durante 160 años.

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viernes, 13 de febrero de 2015

El Sansón de Extremadura, Diego Gardía de Paredes

En Trujillo un 30 de marzo de 1.468 nació un gran soldado, Diego García de Paredes el que a la postre fue llamado "el Sansón de Extremadura" y por ende del Imperio español, diría yo.

De una nobleza de segunda fila alejada de la corte, Diego comenzó sus andanzas soldadescas a las ordenes de Fernando González de Córdoba en 1485 en la guerra de Granada, allí comenzó a forjar una leyenda y una fama que una vez conquistado el reino nazarí le acompañaría a Italia con "El Gran Capitán" que lo tenía entre sus mejores hombres.

Terminada la contienda con el francés, Diego García se dedicó a sobrevivir en tierras italianas, mercadeando en el mercado negro, poniendo se espada al servicio de otros, pero esto era algo humillante para un hidalgo español, así que se dirigió a Roma donde tenía familiares. Se cuenta que al paso de la comitiva papal se originó un gran tumulto que derivó en riña, y como no Diego estaba implicado en esa gresca hasta las trancas, matando a cinco e hiriendo de diversa gravedad a diez más, esto lo vio el papa Alejandro VI, diciendo a su secretario..., a ese español lo quiero conmigo, y así fue porque fue nombrado guarda espaldas del Papa y además terminó como capitán de la guardia papal.
Distintas participaciones en batallas al servicio de los Borgia hicieron
crecer la fama de Diego, además una anécdota viene a incidir en su apodo de "Sansón", pues en un asedio a Montefiascone facilito la entrada de sus tropas, arrancando las argollas que sujetaban las puertas de la ciudadela, arrancándolas el solo y a fuerza de tirar de ellas, casi nada....

El Turco fue el siguiente sufridor de su espadón y ya al servicio del ejercito español se encamino al asedio de Cefalonia, una isla griega que los turcos arrebataron a la República de Venecia, pues bien los turcos defendiendo las murallas utilizaban una especie de ganchos que a modo de pesca los tiraban hacia las tropas asaltantes, los enganchaban con un anzuelo y los subían a las almenas donde acababan con la vida del desdichado soldado, hasta que pescaron a Diego García..., lo izaron pero este se zafó del gancho y comenzó a dar mandobles a diestro y siniestro cargándose a un buen número de turcos, mas de cuarenta jenízaros acorralaron a Paredes que estuvo durante tres días defendiéndose y vendiendo cara su derrota, al final fue apresado pero producto de la fatiga simplemente, este Diego los tenía bien puestos.

Tras esta hazaña el comandante turco decide no ejecutarlo y encerrarlo con el fin de pedir rescate por su persona, craso error, pues Diego ya recuperado del cansancio se libra de sus cadenas y derrumbando la puerta de su celda escapa, le arrebata la espada al guardián y comienza otra vez la fiesta, que duraría hasta que es tomada la fortaleza por españoles y venecianos.

La nueva guerra con los franceses en Italia vería al ya conocido como el Sansón extremeño incrementar su gloria, aunque orgulloso como era no aguantaba reproches ni broncas de nadie, ni siquiera del Gran Capitán. Cuenta que Paredes se enfrentó a unos franceses en un callejón, un paso angosto donde los hijos de la France tenían que entrar de uno en uno, pues bien, se dice que uno a uno se cargó a 2.000 franchutes, ¿algo exagerado no?...

Trpal'pelo" a los gabachos Diego regresó a España como un héroe, aunque rápidamente le despojaron de honores, pues se enfrentó a la nobleza que acusaba a El Gran Capitán de dispendios y traición, hasta llego a retar en duelo a cualquiera que levantase acusación contra el de Córdoba, incluso en presencia del Rey Católico que presionado por los nobles despojo de toda posesión a Diego.
as las guerras italianas, donde como no, les dimos "

Proscrito y con su cabeza en venta y cobro se dedicó a la piratería por el mar mediterráneo, donde atacaba a franceses y berberiscos. Parece mentira pero con todo lo que hizo e hizo pasar a sus enemigos, tantas heridas de guerra, la caída de un caballo se llevara a la tumba en 1.533 a tan famoso guerrero, Diego García Paredes "El Sansón de Extremadura

lunes, 26 de enero de 2015

La Batalla de Rocroi 1643, recreación de la película Alatriste


La batalla de las Terceira y el San Mateo de Figueroa

1.580 Portugal ya es de España y con ello llegamos al periodo de máximo esplendor imperial. Pero la conquista o anexión del país vecino no fue un camino de rosas y hubo que pelear a sangre y fuego, frente a unos Lusos abigarrados y arropados por el francés.

La batalla de Alcazarquivir había allanado el camino a Felipe II en sus pretensiones hacia el reino portugués, Sebastián I murió en la alocada expedición portuguesa en tierras africanas y con este evento reciente, nuestro Rey Felipe reclamó sus derechos, por parte materna, al reino vecino. Al punto comenzaron las diplomacias a desperezarse y una fuerte ofensiva política fue desplegada por España para colocar a su rey en el trono de la corona Lusa, muchos nobles portugueses abrazaban esta idea y las demás potencias europeas aceptaban este hecho con resignación.

Duque de Alba
Todo transcurría de modo ordenado y acorde con el ánimo de nuestro rey hasta que una rebelión popular se alzo y defendió los derechos al trono de un bastardo, el Infante Luis de Portugal, el nombre del postulante era D. Antonio, el Prior de Crato, esto obligó al Imperio Español a recurrir a las armas y para ello se le ordenó al Gran Duque de Alba que contaba ya con setenta y dos años, que se pusiera al mando del ejercito y cayera sobre Portugal como un rayo.

La campaña duró ocho meses en los que el de Alba aniquilaría cualquier oposición a Don Felipe pero el Prior de Crato se le escapo y se refugió en las islas Terceira, actuales Azores, levantando a toda la población en defensa de su causa.

D.Álvaro de Bazán
En 1.582 Para acallar esa nueva rebelión fue nombrado al Marques de Santa Cruz, Don Álvaro de Bazán, que había sido el brazo nabal del ejercito español del Duque de Alba. A bordo del San Martín y acompañado por 25 galeones puso rumbo a las Terceira, allí 60 buques y 7.000 infantes franceses les estaban esperando al mando de Felipe Strozzi, florentino que servía al francés. La primera batalla entre galeones estaba servida, pero Bazán experto en la guerra con galeras en el mediterráneo, supuso que aunque la artillería ocuparía un papel destacado, al final, todo se solucionaría con abordajes, así que embarco en sus naves al Tercio de Lope de Figueroa y lo puso al mando del famoso galeón San Mateo.

DESARROLLO DE LA BATALLA 


El 23 de Julio se avistan las dos flotas, comenzando las maniobras para hacerse con el viento a favor , pero este no aparece y las dos flotas quedan prácticamente inmóviles en la mar, aparece el viento con el barlovento para los franceses que intentan en varias ocasiones romper la formación española sin conseguirlo, al atardecer vuelven a atacar, esta vez, a la retaguardia española que mandaba Oquendo, pero Bazán maniobrando cierra la formación cañoneando a los franceses que se tienen que retirar con el rabo entre las patas y con daños considerables. Esa misma noche Don Álvaro hace que se apaguen todas las luces de la escuadra y la hace virar para amanecer a barlovento de los hugonotes .

El 25 por la mañana se encuentran tras la flota francesa, con el viento a favor y además la escuadra gala desordenada porque se encontraban arreglando los buques que habían sido tocados en el ataque a la retaguardia española, pero el destino quiso que Bazán no pudiera aprovechar esta inmejorable ocasión porque tubo que dar auxilio a su segundo, Cristobal de Eraso, pues su nave se había desarbolado y hubo que remorcarla.

El 26 amanece con las dos flotas a tres millas de distancia pero esta vez los franceses contaban con el viento y ocurre el caso del San Mateo. Unos cuentan que fue un caso claro de fervor guerrero y valentía pero otros cuentan que simplemente fue un error de navegación, el caso es que el San Mateo que llevaba al mando a Figueroa, rompió la formación española y se dirigió hacia los franceses, estos sorprendidos por la acción no dudaron en atacar al galeón español, cinco buques hugonotes se abalanzaron sobre la presa española, que lejos de huir, acepta el combate.

Dos horas de resistencia por parte del San Mateo, lo hicieron pasar a la historia, dos horas en las que recibió quinientos impactos, pero ahí estaba, cual Numancia naútica resistiendo a los franceses, dos galeones herejes, la capitana, y la almiranta abordan al San Mateo por babor y estribor mientras tres perros franceses cañonean al español por proa y popa. Cuando la Capitana esta apunto de pegar su borda a la española el San Mateo descerraja una descarga cerrada al francés que le produce daños graves, lo mismo ocurre con la Almiranta por estribor. Figueroa aposta en las gavias a sus mejores tiradores que barren las cubiertas enemigas. Rendida la Capitana y el San Mateo siendo prácticamente un corcho flotante, sin velas, palos etc
... Figueroa tiene que retener a su gente para que no abordaran a la Almirante, CORAJE ESPAÑOL A RAUDALES.

Mientras tanto la flota francesa se abalanza sobre la española que mantiene un orden tremendo, Bazán junto a la retaguardia española se dirige a socorrer al San Mateo, la Nao Juana toma al abordaje a la Capitana mientras que a su vez la capitaneada por Villaviciosa hace lo propio con la Almiranta, las restante naves francesas se amarran a las españolas formándose una gran plataforma de combate, cosa que a los españoles nos fue muy bien, pues a La Galana no había quien nos tosiera. Rendidas la Capitana de Strozzi y la Almiranta, el resto de  los franceses se retiran terminando así la batalla que duró cuatro horas.

El balance de la batalla fue claro a favor de los españoles que sufrieron 224 muertos y 500 heridos y además no se perdió ni un solo barco, mientras que los franceses perdieron 10 además de 2.000 muertos.


jueves, 13 de noviembre de 2014

ALZAR BANDERA

El nuevo Capitán antes de reunir la compañía tenía que alzar bandera, se hacía con una sabana que pintaba a su gusto en colores y formas, eso si debería ir cruzada de esquina a esquina con la cruz de San Andrés en roja, pues rojo era el color de los españoles, la ataba a una pica y buscaba a un soldado veterano de su confianza que quisiera ser su Alférez.

Al enterarse los paisanos de la formación de la nueva compañía se le acercaban al Capitán con la esperanza de poder alistarse, de entre la multitud que se arremolinaba, el Capitán elegía su mandos cabos, sargentos además de tambores y pífanos, les adelantaba una paga y los obligaba a vestirse de forma impecable. Así se dirigían al pueblo señalado en la conduta.

La entrada en la villa asignada era de lo más impactante, tambores y pífanos al frente precediendo al Alférez con la bandera en ristre y flameando tras la cual iba el Capitán a caballo, llegaba hasta el regidor del pueblo, le enseñaba la conduta firmada por el Rey y le pedía que le cediese un edificio público para la recluta. La cosa no se demoraba mucho, pues los mozos se alistaban solo por la brillantez y el porte de soldados tan bien montados. 

A continuación la recluta se hacia en una hoja en blanco donde se apuntaba nombre y apellidos del soldado, rasgos característicos ( color de pelo, cicatrices etc...) y se le entregaba uno o dos escudos, para vestirse y calzarse además de un adelanto para la pica.